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No estamos solos en el universo

Encuentran un exoplaneta más allá de los confines del sistema solar que abre nuevas teorías sobre la existencia de vida en otros planetas

Vista del exoplaneta GJ 367 b, su año dura menos que un día en la Tierra.

No todos los días se localiza un planeta fuera del sistema solar donde 12 meses solo duran ocho horas.

En el último año, se ha avanzado de forma positiva en las misiones espaciales organizadas por la NASA (National Aeronautics and Space Administration), y una de ellas bajo el nombre de TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite), quien el jueves 2 de diciembre, dio a conocer la existencia de un exoplaneta llamado GJ 367 b, cuya órbita está alrededor de una estrella a 31 años luz del sistema solar. Despertando más interés en la comunidad científica para encontrar respuestas sobre la posibilidad de vida en el universo.

Günther Hasinger, director científico de la Agencia Espacial Europea, afirma que la ciencia está a punto de dar otro gran salto tecnológico que promete desvelar los misterios del universo que han permanecido ocultos hasta ahora.

“Hay vida inteligente ahí fuera, pero está tan lejos que no hay posibilidad de comunicarnos con ella.”

“Cuando hablamos de exoplanetas, la mera existencia de oxígeno en una atmósfera ya indica que se ha producido algún tipo de terraformación y que tiene que haber bacterias que crean oxígeno porque el oxígeno no viene del espacio exterior. La cuestión de si encontraremos vida inteligente es completamente diferente.”

Los científicos llevan buscando vida en otros planetas desde hace décadas sin que hasta ahora haya habido confirmación de existencia. 

Sin embargo, “una cosa es encontrar vida y otra muy distinta vida inteligente.” Para hallar evidencia de esto último hay proyectos, como SETI (Search for extra terrestrial intelligence), que se dedican a escudriñar el universo para encontrar signos, presentes o pasados de civilizaciones extraterrestres. 

Las pruebas de que exista la vida en otros planetas pueden estar aquí mismo, en la Tierra. Al menos eso es lo que piensa el científico David Kipping, de la Universidad de Columbia, EE.UU.

Un estudio publicado en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) basado en matemáticas respalda la tesis de que la vida se extiende rápido, pero a menudo no desarrolla inteligencia.

El astrónomo a cargo de esta investigación intenta acotar las posibilidades de que aflore vida extraterrestre basado en la estadística bayesiana: tomando de referencia cómo surgió la humanidad en nuestro planeta, intenta probar mediante las matemáticas si el mismo camino se podría dar en otras partes del cosmos.

Y Kipping llega a la conclusión de que si bien la proliferación de seres orgánicos es muy probable, no lo es tanto que se desarrolle su inteligencia.

Durante décadas, se han realizado investigaciones relacionadas a la existencia de vida en otros planetas y, en los próximos años, la posibilidad de hallar algo desconocido está cada vez más cerca.

Yuri Gagarin fue el primer ser humano en viajar al espacio exterior, al ser lanzado a bordo de la nave Vostok 1, el 12 de abril de 1961. 

Por su parte, la NASA avanzaba a pasos gigantescos para elevar la posibilidad de que el ser humano recorriera el espacio y pudiera enviar muestras de existencia de vida a la tierra. 

Cuando se desarrolló el programa Apolo, se llevaron a cabo 22 misiones de las cuales 18 de ellas fueron un completo éxito. 

El 21 de julio de 1969, Neil Armstrong a bordo del Apolo 11 estaba haciendo historia al convertirse en el primer ser humano en pisar la Luna. 

“Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad.”

Fotografía histórica de los tres hombres que viajaron a la Luna en 1969.

Apolo 11 fue la quinta misión tripulada del Programa Apolo de los Estados Unidos, y la primera de la historia en lograr que un ser humano llegara a la Luna.

La misión fue un hito decisivo de la NASA contra el programa espacial de la Unión Soviética durante la carrera espacial, y está considerada como uno de los momentos más significativos en la historia de la humanidad.

Han transcurrido más de 50 años desde la misión Apolo 11.

Actualmente, son cinco las agencias que conforman la Estación Espacial Internacional: NASA (Estados Unidos), Roscosmos (Rusia), JAXA (Japón), ESA (Europa), y la CSA (Canadá). Desde su instalación en 1998, se ha considerado como uno de los logros más grandes de la humanidad.

El doctor Lewis Dartnell, de la Universidad de Westminster, también toma la noticia con pinzas. Él estudia las posibilidades de vida más allá de la Tierra y considera que la estación espacial es un avance extraordinario para continuar con el estudio de Marte o las lunas de Júpiter y Saturno.

“Que la vida puede sobrevivir en las plataformas superiores de las nubes de Venus es algo muy revelador, porque significaría que tal vez la vida es muy común en nuestra galaxia en su conjunto. Tal vez la vida no necesita planetas muy parecidos a la Tierra y podría sobrevivir en otros, en planetas infernales parecidos a Venus en la Vía Láctea.”

En 2015, un equipo de astrónomos descubrió siete planetas de tamaño similar a la Tierra que giran en torno a una estrella enana llamada Trappist-1, apenas del tamaño de Júpiter. Tres de los planetas están en la llamada zona habitable, donde podría haber agua y tal vez vida. Los otros se ubican justo en el umbral.

La BBC ese mismo año presentó un documental, que examina este inusual sistema estelar y explora el progreso que la comunidad científica ha logrado en la búsqueda de vida en estos planetas. 

¿Existirá vida en el espacio?

Otro factor importante que puede ocasionar una confusión y poner en duda la existencia de vida, son las bacterias que viajan de la tierra al espacio. 

Christopher Mason, profesor de genómica, fisiología y biofísica en Weill Cornell Medicine de la Universidad Cornell de Nueva York, investiga los efectos moleculares y genéticos de los vuelos espaciales humanos a largo plazo, así como el diseño de nuevos tipos de células para la terapia contra el cáncer.

El profesor Mason afirma que los microbios transportados al espacio también pueden ser una preocupación para los astronautas, ya que representan un riesgo para su salud y, tal vez, incluso, provoquen un mal funcionamiento del equipo de soporte vital de una aeronave si esta se llena de colonias de microorganismos. 

“Los protocolos de limpieza en el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA para el equipamiento que se envía al espacio son muy rigurosos”, dijo la investigadora Jenna Lang, del Centro de Genómica de la Universidad de California.

“Sin embargo, la carga transportada hasta la ISS, humanos incluidos, no puede ser descontaminada por completo. Así que las bacterias acaban por colarse con la comida, los experimentos científicos y todo lo demás que se lleve en las misiones de reabastecimiento. Los astronautas también están llenos de microbios, por dentro y por fuera”, afirmó Jenna.

No obstante, teniendo en cuenta que las dos primeras sondas soviéticas aterrizaron en la superficie marciana en 1971, seguidas por el módulo de aterrizaje Viking 1 de Estados Unidos en 1976, es probable que ya existan algunos fragmentos de ADN microbiano, y tal vez humano, en el planeta rojo.

 James Webb, el telescopio espacial más sofisticado de todos los tiempos.

¿Qué sigue ahora?

El 22 de diciembre de 2021, tuvo lugar el lanzamiento del James Webb, el telescopio espacial más sofisticado de todos los tiempos que ha sido construido y operado conjuntamente por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense. La inversión asciende a unos 10 mil millones de euros.

El James Webb no solo aportará nueva información sobre la historia del cosmos, sino que también podría ayudarnos a averiguar si realmente estamos solos. Tiene capacidad para analizar la composición química de las atmósferas de planetas que orbitan otras estrellas y, por tanto, podrá buscar marcadores de vida en otros mundos.

En una entrevista realizada durante el confinamiento en 2020, el director ejecutivo de la Agencia Espacial Europea, Josef Aschbacher, confirmaba su hipótesis sobre la formación de vida.“Para que se diera la humanidad, primero se tuvo que dar la vida. Y que se diera de forma temprana en nuestro planeta puede ser un requisito previo para que después se dé la inteligencia, es decir, no solo que la vida se abra paso, sino que lo haga durante tanto tiempo que sea capaz de evolucionar hasta que surjan especies inteligentes, lo que sin duda tomará mucho más tiempo.”

Imagen de la Nebulosa del Cangrejo observada por cinco telescopios – NASA

Algunos investigadores señalan que la vida se ha podido abrir paso de muchas otras formas. Quién sabe si la inteligencia ha tomado el mismo camino en otras partes del universo. Estas fueron las palabras expresadas por Martin Weisskopf, investigador principal de del Explorador de Polarimetría de Rayos X, telescopio que fue enviado al espacio en diciembre de 2021 con el objetivo de resolver los misterios de agujeros negros y la posibilidad de vida más allá de los confines del sistema solar.

En los próximos meses, se espera revelar material inédito del telescopio James Webb, y el hecho de que existan otros planetas y otras galaxias es un indicio de que no estamos solos en el universo.

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