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El hacker que se enamoró de una actriz venezolana

Alicia Plaza quien en su momento fue una de las celebridades mejor pagadas de la televisión venezolana en los 90, informó a sus seguidores que su cuenta de Instagram había sido hackeada el 13 de agosto de 2020 a las 10:45 am por una banda dedicada a extorsionar a artistas latinos.

Alicia debutó en 1978 en las tablas, recordada por sus múltiples interpretaciones para la cadena televisiva RCTV entre ellas: Por estas calles (1992), Reina de corazones (1998), Hay amores que matan (2000), Trapos Íntimos (2002),  Negra consentida (2004), entre otras. 

Esa mañana, Alicia se encontraba en la cocina de su casa desayunando un plato de cereal y frutas como acostumbraba durante más de 30 años. Al terminar su desayuno, agarró su teléfono para llamar a su hijo Carlos y contarle sobre el taller de actuación que comenzaría a promocionar durante la cuarentena. Su hijo le recomendó que grabara un video para compartir la noticia en su cuenta de Instagram. 

Dos horas antes

Ella había iniciado una conversación en inglés por mensaje privado de la red con dos personas que decían ser del departamento de social media de Instagram para Latinoamérica. Emocionada por su verificación procedió a llenar un formulario que le suministraron donde debía dejar nombre completo, foto del documento de identidad, fecha de nacimiento, dirección actual, número de contacto y dirección de correo electrónico. 

Después de la llamada realizada a su hijo

La tomó por sorpresa una notificación de alerta que había llegado a su teléfono celular marca Samsung. Se trataba del cambio de contraseña el cual ella desconocía y no tenía idea de por qué había recibido ese mensaje.

Alicia intentó ingresar a su cuenta de Instagram, y efectivamente, alguien había cambiado la clave de acceso. Ella estaba sola en su casa, resguarda en medio de una cuarentena radical sin gasolina y sin poder salir. No sabía a quién pedirle ayuda, pero acudió a su sentido común y de inmediato ingresó a su correo electrónico para recuperar su cuenta. La conexión a internet era inestable, pero logró acceder a la bandeja principal de su correo personal. Nuevamente, volvió a sentir angustia y desesperación. Habían eliminado el correo de su cuenta y ya no podía hacer nada.

Usuario no encontrado

Después de varios intentos, no pudo acceder a su cuenta @aliciaplazat ni cambiar la contraseña porque cuando colocaba los datos aparecía –usuario no encontrado-. La habían eliminado por completo de la plataforma social del cual dependia economicamente. 

Años de carrera artística, años de esfuerzo sumando seguidores por día, marcas que debía responderles por publicidad y unas cuantas celebridades que la seguían eran los pensamientos que le venían a su mente.

Alicia no sabía qué hacer… 

El ahijado logró calmarla

“Hijo mío, estoy desesperada. Me hackearon mi cuenta de Instagram y me siento terrible. Ayúdame”, le comentaba Alicia a Cristian Quinci quien se encontraba en Madrid. 

Habían transcurrido tres horas hasta que su ahijado logra contactar con uno de sus amigos más cercanos y deciden poner en sus manos la situación. Era la persona indicada para eso.

1:33 pm

Alicia realizó más de 10 llamadas a la persona que podía ayudarla a resolver, pero no logró contacto alguno. Desesperada decide dejarle un mensaje contándole todo lo que estaba pasando y adjuntando capturas de pantalla de la conversación sostenida por los supuestos ejecutivos de Instagram.

Cinco horas después, recibió la tan anhelada llamada de la persona que la ayudaría a comprender qué fue lo que realmente ocurrió con su cuenta.

Seguridad en dos pasos

Durante el cambio de contraseña, también habían realizado la inhabilitación de la cuenta lo que justifica el por qué no podían encontrar el nombre de usuario. 

Crearon una nueva cuenta para proteger la información de la actriz, y se hizo por medio de la seguridad en dos pasos que la plataforma brinda. Se realizaron todos los pasos hasta blindar al 100% el nuevo perfil.

También iniciaron los procedimientos regulares para recuperar el perfil, y solo quedaba esperar una respuesta de Instagram por correo electrónico. 

Alicia estaba agotada y se le había pasado la hora de almuerzo. No tenía apetito. Ella quería acostarse a dormir con la seguridad de saber que recuperaría su cuenta.

Al día siguiente, se puso en contacto con el Grupo Edistel, una empresa de telecomunicaciones encargada de orientar y proteger la información personal de los usuarios en la web. 

Edison Timaure, director y fundador de la compañía, sostuvo una reunión con Alicia y su equipo a distancia. Yo me uni minutos después para conocer la situación. 

Los primeros pasos se habían ejecutado exitosamente. Ahora, solo quedaba esperar que contactaran con alguno de nosotros.

Un paso hacia atrás 

Le sugerí a Alicia emitir un comunicado de prensa para tener evidencia digital de lo que estaba sucediendo y poder enviar un correo electrónico a Instagram con soporte de peso. 

Ella contactó al periodista Luis Olavarrieta. Le contó lo que estaba pasando e inmediatamente se abrió un canal de colaboración con el portal Caraota Digital.

La noticia se había comenzado a viralizar, y en ningún momento me detuve a pensar en si esa estrategia era la más apropiada.

Nos mantuvimos offline durante los próximos días para lograr rastrear al secuestrador de la cuenta, y funcionó…

El hacker contactó a Alicia en la cuenta nueva

Bajo el seudónimo furkha, había recibido un mensaje privado pasadas las 72 horas en su nuevo perfil @aliciaplazave y angustiada decide escribir al grupo en whatsapp que se había creado para monitorear la situación. Tal cual un evento del FBI, se inició un operativo de investigación para corroborar la información y datos del usuario desconocido y proceder a la negociación con el secuestrador de la cuenta.

Esta operación tomó tres horas, pero no lograron obtener respuesta positiva. Fue al día siguiente cuando detectan que la dirección de IP provenía de Turquía y pudieron rastrear todos los correos utilizados para intentar recuperar la cuenta. El hacker al notar la anomalía en su sistema, realizó un cambio de correo en cuestión de segundos y logró salirse con la suya. 

Una semana sin la cuenta

Alicia había despertado triste, con ojeras y sin ánimos de desayunar. Fue a la cocina por un vaso de agua, se sentó en la mesa y se llevó las dos manos a la cabeza. Estaba desesperada. Solo pensaba en que podía quedar sin trabajo durante los siguientes meses y tenía que comenzar desde cero. ¡Qué impotencia debió sentir! 

Tomó su teléfono, ingresó a su nueva cuenta y sin avisar al grupo decide enviarle un mensaje al hacker: “Por favor, te lo pido, devuelveme mi cuenta. Soy una señora mayor, es mi único recurso para ganarme la vida en estos momentos. No me lo quites”. Furkha le respondió: “Okey, te devolveré tu cuenta porque me caíste bien y es usted una dama. Te enviaré una nueva clave para que puedas acceder”.

Sin pensarlo mucho, Alicia realizó una llamada grupal para informar lo que había logrado y, en equipo, deciden intervenir guiando todo el proceso. 

Un tercer experto se une al equipo

Enis Espinoza era el anti hacker que necesitábamos para centralizar la información y resguardar los dispositivos. Enis es analista digital dedicado por mucho tiempo al posicionamiento de marcas. Su aporte fue clave para atrapar a Furkha.

Tres computadoras y siete teléfonos celulares 

Ubicados en Lechería (Venezuela), Buenos Aires (Argentina), Quito (Ecuador), Caracas (Venezuela) y Margarita (Venezuela) centralizaron la información y bloquearon cualquier posibilidad de un segundo hackeo al nuevo perfil de Alicia.

Se inició la negociación con Furkha. Alicia por llamada iba respondiendo a un guión previamente planificado para lograr tocar la fibra del secuestrador. 

Al obtener la nueva clave, y ver que el hacker estaba cediendo sin encontrarle algún sentido a la situación, el equipo decide bloquearlo y blindar el perfil ya recuperado. 

10 segundos 

Furkha había descubierto el plan y envió un mensaje privado desde la cuenta principal de Alicia: “Por qué me bloqueaste”.

Nuevamente, el hacker tenía la situación en su poder. Después de varias horas más, logramos acceder al correo principal y bloquear un correo que había sincronizado en modo incógnito para recibir información. 

Volvimos a negociar

Teníamos un plan perfecto que logramos ajustar a medida que íbamos hablando con Furkha. Yo desde Lechería, había notado un lenguaje particular en el hacker. Se lo comunique a Alicia, ella sabía lo que debía hacer y Enis tenía el plan maestro para silenciarlo de una vez por todas.

Una hora después, Alicia le escribe seductoramente para conseguir restablecer la confianza. Estaba actuando el mejor papel de su vida. Encarnando a todas las villanas y madres desesperadas que una vez interpretó para la televisión nacional. Las cartas estaban sobre la mesa, solo faltaba el último movimiento para recuperar la cuenta definitivamente. 

La conversación se desarrolló durante 10 horas hasta que finalmente logramos recuperar y asegurar la cuenta. 

Un trabajo minucioso, agotador y riesgoso que terminó en una crisis de amor. Furkha comenzó a chatear con Alicia, le recomendaba artículos para leer y le ofrecía ayuda para proteger sus redes sociales.

Una historia que se cuenta, y no se cree

Alicia por seguridad y miedo respondía los mensajes del hacker, mientras en el grupo de whatsapp reíamos leyendo toda la conversación.

A dos meses de cumplirse un año, podemos decir que la cuenta está fuera de peligro pero con la presencia permanente del hacker. 

Actualmente, la actriz venezolana de 59 años reside en la ciudad de Caracas y comparte sus ocurrencias a través de su cuenta recuperada @aliciaplazaoficial. Si deseas apoyarla, te invito a seguirla y darle clic a todas sus publicaciones. Además, está solicitando apoyo económico para la operación de su cadera. Sigue este enlace para contribuir con la causa https://www.indiegogo.com/projects/una-cadera-para-alicia-plaza#/

Después de revisar este caso, todavía me queda una interrogante por descifrar: ¿Habrá seguido Alicia la conversación por whatsapp con el hacker?

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